En mes y medio me he encontrado pocas cicloviajeras/os en la carretera. Ahora he conocido otra faceta de esta maravillosa especie. Dos parejas increibles me han acogido en sus casas, hemos comido de cine y hemos compartido nuestras experiencias. A quien no ha viajado en bici le cuesta creerlo, pero es así.
Si más personas siguiéramos su ejemplo este mundo mejoraría mucho. Yo tengo claro que mi próxima morada fija estará abierta a cicloviajeras/os.
Por lo demás, sin ningún problema en las piernas. Viendo que todos los terrenos Portugal abajo estaban acotados, decidí tirar directo a Algeciras por Badajoz.
Dejaré sin visitar Huelva y Cádiz, y ya he empezado a entrenarme para los calores del Sahara. Quizá no es la mejor decisión pero alguna había que tomar.