Me he sorprendido con lo rápido que pasa el tiempo. Por una parte me alegro porque quiere decir que el blog no me condiciona el viaje. Tenía ese temor.
El ambiente es muy seco y le estoy sacando mucho partido al “shash” de cinco metros que compré en Tinguir. Ahora me doy cuenta de que el origen del larguísimo catarro por el Atlas fue la escasa protección.
Al oeste de Alnif, el desierto escoltado por montañas me sugiere una Sakana apocalíptica. Con oasis de palmeras cada vez menos frecuentes, son valles desérticos que reciben trombas de agua esporádicas. Este agosto el agua se llevó a catorce personas que estaban viendo fútbol local.
Los dias son parecidos, pero no tengo tiempo de aburrirme. Desde que empecé a ver hoteles y campings, uso poco la tienda, y el hornillo también. Eso le suma otro par de horas al día, porque las tareas “domésticas” son lentas sin infraestructura fija.
Pero en esta latitud las lentejas tardan lo mismo en cocerse.
Ya que lo menciono, estoy muy contento con mi hornillo ruso. Funciona con gasolina sin plomo normal, y con un litro tengo para ocho horas a toda potencia. Si se usa el mismo combustible para precalentar se ensucia bastante, pero se me hace llevadero.
Puestos a trastear, aquí el invento que tenía que haber utilizado mucho antes. Me habría ahorrado muchos quebraderos de intestino./p>
El filtro para el agua. Pequeño, ligero, barato, casi inagotable… y muy efectivo. Si además cloras el agua, es casi como hervirla.
Esta semana también he conocido personas geniales. Como de costumbre, con algunas no se me ha pasado por la cabeza sacarme una foto.
Entre quienes recordaré aun sin foto, sin duda Jamil. Nos conocimos bajo un arbol solitario, donde me dio una clase maestra sobre la minería en Marruecos, sector en el que ha trabajado muchos años. Como se nos hizo mediodía, me invitó a comer a su casa.
Como en otros sitios, mientras en todo Marruecos están venga a construir casas de ladrillo, muchas casas y pueblos de adobe de esta zona se ven sin vida.
Con respecto a la alboka, he decidido reaprender con la digitación más natural para la mía las canciones que ya sabía, para no tener que andar tocando de dos formas distintas. Además no me arreglo con el dedo meñique derecho, en el que me dieron puntos recientemente. Por tanto, el reto del momento es tocar a la vez Re y Fa, porque con los dedos de la misma mano parece más difícil.
A ver tú cómo te arreglas ;-p